Una carrera discreta pero de ascenso constante en las finanzas ha sido la de Anuar Halabi Harb, ciudadano líbano-venezolano con puesto de director en el Banco Nacional de Crédito de José María Nogueroles y cuyos negocios se originaron hace 40 años en el estado Aragua.
Ese bajo perfil, al que ni siquiera una inversión en un circuito radiofónico le hizo mella, terminó hace poco, cuando apostó a una candidata perdedora en unas elecciones municipales de Miami-Dade. Tanto por su resultado como por su propósito desconocido, todavía son pocos los que le encuentran sentido a esa inusual contribución.
Fue la campaña para un escaño en la Comisión del Distrito 12 de Miami Dade, en Florida, Estados Unidos, lo que, de pronto y por poco tiempo, agitó en los medios el nombre de Anuar Halabi Harb, el libanés-venezolano integrante de la directiva del Banco Nacional de Crédito (BNC).
Investigaciones periodísticas en torno de la campaña develaron una conexión por la que Halabi Harb aparecía como financista de la entonces candidata a representante (equivalente a concejal en el sistema político venezolano) del Distrito 12, Sophia Lacayo, a la postre derrotada.
Lacayo, empresaria de origen nicaragüense, ha sonado en la prensa en los últimos años, no tanto por su significación política sino por entuertos judiciales. Una mirada a su sitio web permitirá comprobar que, más que un programa de acción, la candidata proponía una suerte de apostolado que expresaba con el eslogan de “valores familiares, servicio y compromiso”.
Pero en 2020, como comisionada de Sweetwater (ciudad de unos 13.000 habitantes del oeste del condado de Miami Dade, conocida como Little Managua y que aloja el enorme Dolphin Mall), dimitió tras declararse culpable de perjurio al descubrirse que mintió respecto de su lugar de residencia -debía estar en la misma ciudad- para aspirar al cargo. Fue sentenciada a un año de libertad condicional e inhabilitada para presentarse en cargos públicos durante un año.
Con el ánimo de superar aquel escollo, en 2022 quiso protagonizar una resurrección política al competir con el popular alcalde de Doral -ciudad vecina a Sweetwater, repleta de inmigrantes venezolanos-, Juan Carlos Bermúdez, quien más que contendiente se convirtió en su némesis, no solo por haber ganado el cargo sino también por haber denunciado la irregularidad de la proveniencia de los fondos de la candidatura de Lacayo. De paso, también puso a sonar el nombre de Halabi
En la cuenta bancaria de su campaña, Lacayo llegó a tener más de un millón de dólares disponibles. Parte de esos fondos, según analistas electorales una cifra desproporcionada para ese tipo de campañas locales, provenían de préstamos de empresas de la misma candidata. Nada inusual, excepto por el detalle de que tales fondos tenían a su vez origen en ayudas del gobierno federal estadounidense mediante el Programa de Protección de Pago, una medida implementada durante la pandemia para proteger a las compañías y sus empleados de los embates causados por la parálisis casi total de la economía mundial.
Otra porción provino del financiamiento de Anuar Halabi Harb. La transferencia de fondos se concretó con la hipoteca de una empresa de Lacayo a otra compañía, Inlight Investment LLC, perteneciente a Halabi Harb.
La razón de esta apuesta no ha quedado clara, pues Lacayo se negó a declarar a los medios de Estados Unidos que la interpelaron al respecto. La prueba, documentos mediante, es que la empresa de Halabi Harb fue creada para este fin, que tiene sede en Delaware y nombre exactamente igual al de otra empresa más antigua que la del director de BNC, y que en total hipotecó 3,9 millones de dólares a Lacayo Real Estate Group LLC.
¿Quién es Halabi Harb, ese venezolano poco conocido, para interesarse en la política del sur de Florida hasta servir de prestamista a una oscura candidata municipal? Para descifrarlo Armando.info consultó documentos obtenidos gracias tanto a través del Proyecto de Reportería de la Corrupción y el Crimen Organizado (Occrp, por sus siglas en inglés), como en la base de datos de los Pandora Papers, filtración de más de 11,9 millones de documentos de paraísos fiscales y ordenados en una investigación publicada en 2021, coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).
El escrutinio permite ver que Halabi no solo ha sido muy activo en la constitución de entidades offshore, sino también en la compra-venta de bienes raíces, principalmente en el estado de Florida, con la que ha llegado a tener 62 propiedades, que en algunos casos aún conserva y, en otros, ha vendido ya.
Dos frentes, dos hipotecas
Halabi Harb (nacido en Beirut, Líbano, en 1949, y nacionalizado venezolano) comenzó los trámites para registrar la empresa mediante la cual otorgaría los fondos a Lacayo en agosto de 2021, según lo que detallan documentos constitutivos de los registros mercantiles de los estados de Delaware y Florida.
En orden cronológico, la de Delaware -un virtual paraíso fiscal en el territorio continental de Estados Unidos- fue la primera sede de la empresa en ser registrada, el 16 de junio de 2021. El 2 de agosto se registró la sede de Florida.
Hipoteca septiembre e hipoteca febrero by ArmandoInfo on Scribdhttps://es.scribd.com/embeds/600625885/content?start_page=1&view_mode=scroll&access_key=key-4lc7ZYopbibm83x2adj9
Con los documentos constitutivos comenzaron las negociaciones para el traspaso de fondos. Los parámetros de esos acuerdos quedaron registrados en dos escrituras de hipotecas, compendiadas con el término de propiedades de inversión.
La primera de ellas es del 1 de septiembre de 2021. La negociación precisa que “a cambio de una buena y valiosa suma” de 2,1 millones de dólares, el deudor hipotecario, en este caso la empresa Lacayo Real Estate Group, otorgó a Inlight Investment LLC todos los bienes inmuebles que tenía la compañía de la candidata en Florida.
Aunque no está especificado en el documento, Armando.info corroboró que esta empresa de Lacayo es propietaria de seis apartamentos en Sweetwater y de uno en Doral.
En febrero de 2022 se concretó la segunda parte de los acuerdos entre ambas empresas. Con los mismos términos respecto de la primera escritura hipotecaria, este segundo préstamo fue de 1,8 millones de dólares.
Ambos contratos suman los 3,9 millones de dólares que Halabi Harb prestó a Lacayo, un monto que excede con creces el millón de dólares que la prensa estadounidense aseguró que había en los fondos de campaña de Lacayo.
Armando.info intentó comunicarse con Sophia Lacayo por un mensaje en su sitio web, llamando al número telefónico registrado en el portal de su campaña y a través de un mensaje a su cuenta de Instagram. No hubo respuesta.
“Lacayo tiene un millón de dólares en su cuenta de campaña, cuando hacen falta 400.000 dólares para tener éxito como candidato para un escaño en la comisión de Miami Dade. Lo curioso del distrito es que ella tiene alrededor de un millón. Eso no es común”, insistió, en declaración a Telemundo 51, Miker Hernández, analista político.
Con el paraguas del poder
Con una frase recurrente para presentarse en sus redes sociales, “un empresario exitoso de Maracay, estado Aragua”, Anuar Halabi se ha decantado por un estilo discreto en lo atinente a su imagen pública, en contraste con su estilo desenvuelto y pragmático para los negocios.
A los 30 años, en Maracay, despegó una carrera empresarial que no muestra señales de terminar. Fue entonces en 1979, en Maracay, cuando fundó la empresa Suministros AH, C.A.
“Luego de estar en el sector de electrodomésticos (con suministros AH) y esas cosas, como comerciante fue metiéndose en actividades de carácter financiero. Primero, como ejecutivo en el Banco Caracas [entidad fundada en 1890 y absorbida en 2000 por el entonces privado Banco de Venezuela, filial del español Grupo Santander]”, recuerda, en conversación telefónica con Armando.info, Carlos Tablante, exdiputado y exsenador del antiguo Congreso de Venezuela, primer gobernador electo del estado Aragua (1989) y exintegrante del partido Movimiento al Socialismo (MAS). Sus cargos en el Banco Caracas los confirma el mismo Halabi Harb en su cuenta de Linkedin, donde señala, como parte de su trayectoria, haber sido presidente de la Junta Consultiva de Crédito para la zona de los estados Aragua y Guárico entre 1997 y 2001.
“Él comenzó a ser visible para las autoridades. Le gustaba ser una suerte de hombre útil para quien estaba en el poder y facilitar la logística. Algo así como un proveedor de todos. Se le recuerda como vende todo, pero no en sentido peyorativo”, añade el exgobernador.
Avanzada la década de los años 80, Halabi Harb fue señalado en círculos aragüeños por haber sido favorecido como contratista para proveer enseres a los damnificados de la tragedia de El Limón, un deslave que arrasó a varias comunidades asentadas en la faldas de las montañas del parque nacional Henri Pittier, en el norte de Maracay, que dejó al menos un centenar de fallecidos. Las acusaciones se basaban en irregularidades en la distribución de colchones y sábanas y en sobreprecios de estos.
En ese momento ya era conocida su relación con el gobernador Antonio Aranguren, perteneciente al partido Acción Democrática (AD) y nombrado en ese cargo por el expresidente Jaime Lusinchi, en un momento en el que las autoridades regionales eran designaciones presidenciales. “Aranguren y Halabi Harb son muy amigos y han trabajado juntos”, dice al teléfono una fuente cercana al primero, cuyo nombre se omite a petición.
Respecto de Halabi y la tragedia de El Limón, el mismo Tablante, entonces diputado, recuerda haber solicitado en el Congreso una investigación para todos los contratistas relacionados con el caso: desde los encargados de construir los embaulamientos en las comunidades afectadas hasta quienes, como Halabi, se encargaron de distribuir enseres luego de la tragedia.
“En esto debo ser muy responsable: no hubo nada que se pudiera documentar, respecto a una responsabilidad de él, a partir de una investigación, unas recomendaciones, unas conclusiones y unas sanciones de órganos competentes que determinaran una conducta irregular. Objetivamente, no conozco un documento con pruebas que señalen a este personaje con alguna irregularidad”, subraya Tablante.
En 1982, el libanés-venezolano fundó una pequeña emisora en Maracay, Corporación Apolo, C.A., empresa comunicacional que diversificó en 1999 con Corporación Radio Ciudad. Según el Registro Nacional de Contratistas (RNC), con esta promocionó, mediante contratos publicitarios, a Didalco Bolívar, gobernador de Aragua entre 1995 y 2008 alineado con el chavismo y uno de sus cercanos. Un político venezolano en el exilio, que pidió mantener su identidad en resguardo, corroboró a Armando.info la amistad entre Bolívar y Halabi Harb.
Una capa esconde la otra
Halabi Harb destaca en uno de sus sitios web como uno de sus logros principales la fundación en 1992 de la Unión Libanesa, C.A., el germen para lo que luego se convertiría en el Club Monte Líbano, punto de encuentro de esa comunidad en Maracay, la capital de Aragua.
Una fuente consultada explica que la proximidad con sus paisanos determinó en gran parte su éxito como banquero: la comunidad libanesa tenía la confianza para invertir en donde estuviese el coterráneo Anuar.
El Banco Nacional de Crédito (BNC), el pivote de sus cartas de presentación, fue fundado en 2002. Allí, junto con Luis Alberto Hinestrosa Pocaterra, Maritza Ripanti Flores, Antonio Izsak Hecker, Luisa M. Vollmer de Reuter y Andrés Eduardo Yánez Monteverde, figura como uno de los directores principales.
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El BNC pertenece a Jorge Luis Nogueroles García, empresario de ascendencia catalana y linaje empresarial: su padre, José María Nogueroles, también fundador del BNC, fue presidente del Banco Provincial y ahora funge como presidente de la Asociación Bancaria de Venezuela.
En mayo de 2009, el BNC concretó su primera gran expansión cuando absorbió la sede venezolana de Stanford Bank a raíz de que su propietario, Allen Stanford, fuera acusado en Estados Unidos por encabezar una estafa piramidal de 8.000 millones de dólares. BNC pagó 111 millones de dólares para cerrar la compra.
Pero, mientras la expansión en Venezuela continuaba (en parte porque la fiebre expropiadora de Hugo Chávez, de la que también fue víctima el sector bancario, no afectó al BNC), en el exterior las noticias no eran alentadoras. En noviembre de 2009, agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA, dependiente del Departamento de Justicia de Estados Unidos) intervinieron el Caracas International Banking Corporation (CIBC, hoy llamado BNC International Banking Corporation, con sede en San Juan, Puerto Rico, fundado en 1989 y propiedad de los Nogueroles). La causa: 3,4 millones de dólares en colocaciones pertenecientes al empresario venezolano Walid Makled, acusado de narcotráfico. Halabi ha ocupado el cargo de director del Caracas International Banking Corporation desde 2008 hasta la actualidad -según su perfil profesional en Linkedin-, sin que por ello haya surgido vinculación alguna de él con esa investigación de la DEA sobre Makled.
Desde febrero de 2022, en la Fiscalía General de la República reposa una denuncia por estafa y legitimación de capitales contra Jorge Luis Nogueroles, como presidente del BNC. De acuerdo con la denuncia, el banco operó de manera conjunta con la aplicación Shasta, billetera digital desarrollada en España y en cuya directiva se encuentra Vivian Ruiz, señalada como pareja del ministro de Defensa del régimen venezolano, Vladimir Padrino, que retuvo el dinero de sus clientes en Venezuela. En este caso tampoco figura Halabi Harb.
Dualidades paradisíacas
A pesar de las acusaciones del caso Shasta, la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), autorizó al BNC para adquirir el Banco Occidental de Descuento (BOD), perteneciente a Víctor Vargas, quien en algún momento fue conocido como el banquero de Chávez. Vargas no era un nombre desconocido para Halabi. De hecho, entre 2001 y 2003 fue director ejecutivo del BOD. Lo cierto es que el cierre de esta negociación convirtió al BNC en el banco más grande de Venezuela y en uno de los de mayor crecimiento del país.
En los Pandora Papers, Halabi Harb figura como fundador de Carmalinda Investing Limited, una compañía destinada a servir como vehículo de inversión, es decir, tenedora de acciones, para arropar a otras dos compañías, también registradas, como aquella, en Islas Vírgenes Británicas.
Una es Gildania Group Limited. Otra, Inlight Investment Limited: tal y como la denominación de la empresa de Estados Unidos, con sedes en Delaware y en Florida, a través de la cual se otorgó el préstamo a Lacayo.
No son las únicas de las que da fe esta filtración. Waterwheel Finance Limited, Southriver View Limited y Bluejay Investments Limited, por separado, también fueron parte del paquete de empresas registradas en Islas Vírgenes Británicas. En Nevis, una de las islas de la nación caribeña de Saint Kitts and Nevis (San Cristóbal y Nieves), entre 2015 y 2017, Halabi Harb fundó y disolvió Yacamar LTD. Todas estas empresas tienen por denominador común objetos tan abstractos como, por ejemplo, “beneficio empresarial”.
En otras jurisdicciones, Halabi también duplicó nombres de personas jurídicas. Por ejemplo, en Aruba registró JARP Corporation A.V.V. (IL), entre 2009 y 2012, y JARP Investments Corporation, con sede en Florida, Estados Unidos, también registrada en 2009 y disuelta en 2014.
En Estados Unidos, además de Inlight Investment, Halabi Harb ha diversificado sus negocios en el sector de bienes inmuebles. En Florida, un conjunto de diez empresas (en algunas de las que son accionistas sus hijas, Yajaira y Marialejandra Halabi), principalmente las denominadas Blue Waters, han sido registradas como propietarias de, al menos, 62 apartamentos entre Miami y Homestead, valorados entre 280.000 y 950.000 dólares. Algunos han sido vendidos, pero Halabi Harb, a través de las empresas, conserva al menos una veintena de estos bienes.
Armando.info envió por correo electrónico y por WhatsApp un cuestionario a Halabi Harb para esta investigación. Hasta el cierre de la edición no hubo respuestas de su parte.
CCB