Tarde o temprano la verdad es revelada a pesar de lo elaborado que sea el plan para encubrirla. Hay criminales muy inteligentes que pueden engañar a todo el mundo, pero solo por determinado tiempo porque siempre hay un error o cabo suelto, una pista o un descuido que termina por delatarlos.
Nadie se hubiera imaginado, incluido el propio criminal, que por un detalle que se pudiera considerar sin importancia, su delito terminara al descubierto. A continuación te dejamos siete crímenes que fueron resueltos por un pequeño elemento que nadie hubiera tomado en cuenta.
1. Lo delató su gato
David Hilder asesinó a su mejor amigo, pero nadie lo había culpado a él, hasta que en las investigaciones se descubrió que había pelo de su gato en el cadáver. Fue la primera vez que las autoridades británicas utilizaron el ADN de un minino como prueba en un caso de homicidio.
2. Por la sangre de un mosquito
Sakari Palomaeki robó un auto y luego lo dejó abandonado. Todo parecía bien porque no había ni un indicio que lo señalara a él como culpable, pero la policía encontró un mosquito en el interior del vehículo y decidieron analizarlo porque al parecer, recientemente, había succionado sangre. Al analizarla, coincidió con la de Sakari, quien ya tenía un largo historial de robo.
3. Abusador de menores fue atrapado debido a Photoshop
Christopher Paul Neil compartía imágenes de abuso a menores, donde él mismo aparecía, pero aplicaba la herramienta “licuar” del Photoshop para distorsionar su rostro. No sabía que esa herramienta se puede aplicar al revés y dejar la imagen en su estado original, así que pronto identificaron su rostro.
4. Lo encontraron por unos anuncios publicitarios
La policía de Tampa Bay, Florida, encontró tres cadáveres flotando en un río y una hoja con direcciones escritas por el supuesto asesino. La policía utilizó varios anuncios espectaculares para ver si alguien podía reconocer la letra, y un hombre encontró que era idéntica a la de un carpintero que le había hecho una cotización. Así dieron con Oba Chandler, quien tuvo que aceptar sus crímenes y fue sentenciado a la pena de muerte.
5. Por el polen de unas flores
Cuando Patricia Wiltshire, botánica experta que colabora con la policía británica para investigar crímenes, vio que en una zona del bosque había plantas que se estaban regenerando, supo que alguien las había pisado recientemente. Fue así como encontró los cadáveres de Holly Wells y Jessica Chapman, dos niñas reportadas como desaparecidas.
Estudió el polen que encontró en los cadáveres y luego los comparó con el que encontró en uno de los sospechosos del crimen y fue así como dieron con el responsable, como si se tratara de una de esas populares series en las que se investigan crímenes. La realidad siempre termina por superar a la ficción.
6. Un robot de la NASA descubrió la evidencia
En 1991, la policía sospechaba que Bernard Bass había asesinado a su esposa y sepultado el cadáver en algún lugar, pero no tenían las pruebas suficientes para juzgarlo. Después de 28 años, la policía utilizó un robot creado por la NASA, capaz de detectar metales, y buscaron en una zona donde tenían la sospecha que estaba el cadáver. Bass lo había ocultado con todo y su auto, y el robot encontró una puerta del vehículo, lo que fue suficiente para juzgarlo.
7. Un documental reveló sus crímenes
En los años 80, el millonario Robert Durst era el principal sospechoso de la desaparición de su esposa y otras personas, pero no había pruebas suficientes. En el 2015, HBO grababa un documental donde lo entrevistaban sobre los supuestos crímenes y lo que había pasado en los tribunales, donde siempre había salido bien librado.
Robert pidió una pausa para ir al baño, pero no se dio cuenta de que su micrófono seguía encendido y se le ocurrió hablar solo por el nerviosismo que sentía. La producción grabó lo siguiente: “Ya está. Te han atrapado. ¿Qué harás? Matarlos a todos, por supuesto”. Un día después fue arrestado y acusado de homicidio.
CCB